Compassion in World Farming, junto con otras ONG, pide a los principales bancos mundiales que dejen de financiar la cría intensiva de animales.

Se ha enviado una carta conjunta a los bancos multinacionales de desarrollo (BMD) durante las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Grupo del Banco Mundial (GBM) de la pasada semana.

Esta carta, insta a los BMD a que reconsideren su clasificación con respecto a los cerdos y los pollos, ya que figuran como universalmente alineados con los objetivos del Acuerdo Climático de París. En todo el mundo, la mayoría de los cerdos y pollos se crían de forma industrial y las enormes cantidades de estiércol que se acumulan en las granjas industriales -junto con el cultivo de cereales y soja para alimentar a los animales- dan lugar a unas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) muy elevadas. La carta también pide a los bancos que dejen de financiar la ganadería industrial y que, en su lugar, apoyen formas sostenibles de producción de animales y basadas en plantas.

Estas instituciones financieras públicas siguen financiando la ganadería intensiva a pesar de la enorme cantidad de pruebas científicas que demuestran que ésta, junto con el elevado consumo de carne que apoya, sitúa los objetivos de París fuera de alcance.

Numerosos estudios subrayan que la reducción de la ganadería y el consumo de carne en el mundo son esenciales si queremos evitar una catástrofe climática.

El reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado a principios de este mes, afirma que "las dietas con alto contenido en proteínas vegetales y bajo contenido en carne y productos lácteos se asocian a menores emisiones de gases de efecto invernadero".

Y añade: "Las tecnologías alimentarias emergentes, como la fermentación celular, la carne cultivada, [y] las alternativas vegetales a los productos alimentarios de origen animal, pueden aportar una reducción sustancial de las emisiones directas de GEI procedentes de la producción de alimentos".

Otro informe publicado este mes por la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) del Gobierno de Estados Unidos afirma que elevadas emisiones de metano proceden de las granjas de cerdos confinados a gran escala que licúan su estiércol. Explica que las emisiones de metano procedentes de estos purines aumentaron un 44% entre 1990 y 2010. Esto también contradice la afirmación de los BMD de que la producción de cerdos está alineada con los objetivos de París.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 2022 afirma que: "la tendencia mundial de la producción industrial a gran escala de cerdos, pollos y especies de animales de granja coincide con la aparición de pandemias de gripes y coronavirus humanos o zoonóticos altamente patógenos".

Peter Stevenson, asesor jefe de políticas de Compassion in World Farming, afirma: "Hay muchas razones por las que los BMD no deberían financiar la ganadería industrial. Con sus condiciones de hacinamiento y estrés, en las que los animales nunca ven la luz del día, la ganadería industrial contribuye a la aparición y propagación de patógenos, algunos de los cuales son zoonóticos. La última pandemia antes de la COVID-19 surgió de los animales en las granjas. Fue la pandemia de gripe porcina de 2009. Tenemos que recomponernos mejor después de la COVID y eso debería incluir un cambio en nuestra relación con los animales. Debemos criar a los animales en las granjas con altos estándares de bienestar e incluirlos como parte integral de los sistemas de agricultura regenerativa que pueden restaurar la biodiversidad, reconstruir la calidad del suelo y detener la deforestación."

Compassion in World Farming y las demás ONG seguirán instando a los bancos multilaterales de desarrollo a que dejen de financiar la ganadería industrial y apoyen en cambio prácticas sostenibles como la agricultura ecológica. Es mejor para las personas, los animales y el planeta.

Las reuniones de primavera de 2022 del FMI y el GBM han tenido lugar del lunes 18 al domingo 24 de abril.

Los defensores de los animales piden a los bancos que dejen de financiar los sistemas agropecuarios industriales